Sócrates


Sócrates Nacido en Atenas, hijo de Sofronisco, un escultor, y de Fenareta, una comadrona, recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia.Se familiarizó con la retórica y la dialéctica de los sofistas, las especulaciones de los filósofos jónicos y la cultura general de la Atenas de Pericles. En un principio continuó el trabajo de su padre, e incluso realizó un conjunto escultórico de las tres Gracias que permaneció en la entrada de la Acrópolis ateniense hasta el siglo II a.C. Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como soldado de infantería con gran valor en las batallas de Potidea (432-430 a.C.), Delio (424 a.C.) y Anfípolis (422 a.C.).

La concepción de educación para Sócrates pretende que sólo sabe una cosa, a saber, que no sabe nada, es porque rechaza la concepción tradicional del saber. Esta crítica supone que el saber y la verdad no pueden recibirse acuñados, sino que deben ser engendrados por el propio individuo. Debido a que su interlocutor descubrirá la vanidad de su saber, descubrirá al mismo tiempo su verdad, es decir, al pasar del saber a él mismo, empezará a cuestionarse a sí mismo. Dicho de otra manera, en el diálogo “socrático” la verdadera pregunta que está en juego no es aquello de lo que se habla, sino el que habla. Se trata pues mucho menos de poner en duda el saber aparente que se cree poseer que de un cuestionamiento de sí mismo y de los valores que rigen nuestra propia vida. La relación docente-alumno para Sócrates: La  experiencia en el aula es un diálogo compartido entre el profesor y sus alumnos en el cual ambos son responsables de conducir dicho diálogo a través de preguntas. La investigación progresa interactivamente, y el profesor es tanto un partícipe como un guía de la discusión.

La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades. Para Sócrates, el saber no es un conjunto de proposiciones y de fórmulas que se pueden escribir, comunicar o vender ya hechas;  “Qué felicidad sería -contesta Sócrates- si el saber fuese algo de una especie tal que, de lo que está más lleno, pudiese fluir a lo que está más vacío.” Lo que quiere decir que el saber no es un objeto fabricado, un contenido terminado, transmisible directamente por medio de la escritura o de cualquier discurso. Sócrates propone que el proceso de evaluación envuelve a su vez la actividad de razonar, que es sencillamente nuestra capacidad de comprender y evaluar razones mediante el argumento. La disciplina que evalúa argumentos es la lógica, por lo tanto, para hacer filosofía hay que comprender los procesos básicos de ella. El saber argumentar pasa por las proposiciones, las premisas, la conclusión, la verdad, la validez y su aplicabilidad, todo esto fue planteado por Sócrates y es por ello que muchos filósofos concuerdan que él fundador de la filosofía moral, la cual ha tenido peso en la filosofía occidental, incluso en nuestros días.

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